
CONTROL DE EPISTAXIS, POR TAPONAMIENTO POSTERIOR VÍA TRANSNASAL
El control de epistaxis por taponamiento posterior vía transnasal es un procedimiento médico utilizado para detener el sangrado nasal severo (epistaxis) que proviene de la parte posterior de la nariz, una condición más grave y difícil de controlar que el sangrado anterior. Este tipo de epistaxis puede estar relacionado con traumatismos, hipertensión, trastornos de coagulación o cirugías nasales previas. El taponamiento posterior es necesario cuando el sangrado no se puede controlar con medidas básicas como compresión nasal o taponamiento anterior.
El procedimiento consiste en colocar un dispositivo de taponamiento, como una sonda, gasa o un balón nasal, a través de las fosas nasales para aplicar presión directa en el área afectada y detener el sangrado.
Evaluación inicial: El médico evaluará el origen del sangrado mediante una rinoscopia o endoscopia nasal para determinar si se trata de una epistaxis anterior (más común y fácil de controlar) o posterior (más grave). Si el sangrado proviene de la parte posterior de la cavidad nasal, se procederá con el taponamiento posterior.
Uso de medicamentos: El paciente debe informar sobre cualquier medicación que esté tomando, especialmente anticoagulantes, ya que estos pueden aumentar el riesgo de sangrado. El médico puede ajustar la medicación antes del procedimiento.
Anestesia local: Para minimizar el dolor y la incomodidad, se aplica anestesia local mediante spray o gotas nasales. También se pueden administrar descongestionantes para abrir las fosas nasales y facilitar la inserción del taponamiento.
Durante el procedimiento:
- El médico introduce una sonda o gasa especial a través de las fosas nasales hasta la parte posterior de la cavidad nasal. En algunos casos, se usa un taponamiento con un balón inflable, que se expande dentro de la cavidad para aplicar presión y detener el sangrado.
- Si se utiliza gasa, se puede impregnar con sustancias hemostáticas (que ayudan a la coagulación) para mejorar la eficacia del procedimiento.
- El procedimiento puede ser incómodo, pero la anestesia local ayudará a aliviar la mayoría de las molestias.
Duración del procedimiento: El taponamiento posterior generalmente se realiza en unos 10 a 20 minutos, aunque la duración puede variar dependiendo de la complejidad del sangrado.
Recuperación:
- Una vez colocado el taponamiento, el paciente puede experimentar una sensación de presión en la nariz o garganta. Es importante evitar sonarse la nariz o inclinarse hacia adelante, ya que esto puede aumentar el sangrado.
- En algunos casos, se puede prescribir antibióticos para prevenir infecciones durante el tiempo que el taponamiento esté en su lugar, generalmente entre 24 y 72 horas.
- Si el taponamiento no controla adecuadamente el sangrado, puede ser necesario un procedimiento más avanzado, como la cauterización o ligadura quirúrgica de los vasos sanguíneos afectados.
Retiro del taponamiento: El médico retirará el taponamiento posterior después de un período de observación. Durante el retiro, el paciente será monitoreado para asegurarse de que el sangrado no se reanude.
Cuidados posteriores: Después de retirar el taponamiento, se aconseja evitar actividades que puedan provocar un nuevo episodio de sangrado, como sonarse la nariz vigorosamente, levantar objetos pesados o hacer ejercicio intenso. Además, el paciente debe mantener la cabeza elevada para reducir la presión sanguínea en la nariz.
El taponamiento posterior vía transnasal es un procedimiento efectivo para controlar hemorragias nasales graves y potencialmente peligrosas.