
NASOLARINGOSCOPIA
La nasolaringoscopía es un procedimiento médico en el que se utiliza un endoscopio para examinar las estructuras internas de la nariz, la garganta y la laringe (cuerdas vocales). El endoscopio es un tubo delgado y flexible con una luz y una cámara en su extremo, lo que permite al médico observar en tiempo real el estado de las vías respiratorias superiores. Este procedimiento se utiliza comúnmente para diagnosticar problemas de voz, dificultades para respirar, dolor o malestar en la garganta, infecciones recurrentes, o para evaluar la presencia de tumores o masas anormales.
Consulta previa: El médico evaluará el historial clínico del paciente y discutirá los síntomas que puedan justificar la realización de una nasolaringoscopía, como ronquera persistente, dolor de garganta crónico o dificultad para tragar.
Uso de medicamentos: El paciente debe informar al médico sobre los medicamentos que toma regularmente, especialmente si está tomando anticoagulantes, ya que estos pueden aumentar el riesgo de sangrado durante el procedimiento.
Ayuno: Generalmente no es necesario que el paciente ayune antes del examen. Sin embargo, se recomienda no comer ni beber durante algunas horas antes del procedimiento para evitar molestias durante la introducción del endoscopio.
Anestesia local: Se puede aplicar anestesia local en la nariz y la garganta mediante un spray o gotas para reducir las molestias durante el procedimiento. Este anestésico actúa rápidamente y hace que el procedimiento sea más tolerable.
Descongestionantes: En algunos casos, también se usan descongestionantes nasales para abrir las fosas nasales y facilitar la inserción del endoscopio.
Durante el procedimiento: El endoscopio se introduce a través de una de las fosas nasales y se guía hacia la garganta y laringe. El médico puede pedirle al paciente que respire profundamente, hable o emita sonidos para evaluar el movimiento de las cuerdas vocales.
Duración del procedimiento: El procedimiento es breve y generalmente dura entre 10 y 15 minutos.
Recuperación: Después de la nasolaringoscopía, el paciente puede sentir un leve entumecimiento en la garganta debido a la anestesia, que desaparece en poco tiempo. También puede experimentar una leve irritación o congestión nasal. Las actividades normales se pueden reanudar poco después del procedimiento.